CANTO A SAN NICOLÁS DE LOS ARROYOS (fragmento)
Por las calles del campo, del suburbio y del centro,
recogiendo impresiones suelo hacer dulces viajes.
Así, nuevos motivos para quererte encuentro.
En los ojos y el alma yo llevo tus paisajes.
Y te amo en tus arroyos, limitativos cauces.
Y te amo en tus lugares de huertos y ligustros,
con plátanos y acacias, paraísos y sauces,
con álamos y ombúes victoriosos de lustros.
Y te amo en tus caminos que al horizonte llegan:
Fácil itinerario de mi habitual andanza…
Caminos sugestivos que en soledad se entregan
allá, cuando la tarde se quema en lontananza.
Ciudad, campaña, río… El río que congrega
mástiles y banderas de países lejanos…
El río proteiforme que desde lejos llega,
que sabe de montañas, de bosques y de llanos.
Ciudad, campaña, río… El río que asegura
tus sueños, el gran río que te besa al nordeste.
La tranquila ciudad, la proficua llanura…
La tierra en que cultivo tanta emoción agreste.
Ciudad, campaña, río… ¡Oh, tú, claro terruño!
El corazón te rindo por el bien que te debo.
Ensueños y esperanzas bajo tu amparo acuño,
y tu nombre, en mis labios, es como un canto nuevo.
¡Dulce rincón nativo!... Si un día estoy ausente,
en ronda de recuerdos tu vos ha de llegar,
y será tu llamado profundo y persistente…
¡Si algún día me alejo, tendré que retornar!
Por las calles del campo, del suburbio y del centro,
recogiendo impresiones suelo hacer dulces viajes.
Así, nuevos motivos para quererte encuentro.
En los ojos y el alma yo llevo tus paisajes.
Y te amo en tus arroyos, limitativos cauces.
Y te amo en tus lugares de huertos y ligustros,
con plátanos y acacias, paraísos y sauces,
con álamos y ombúes victoriosos de lustros.
Y te amo en tus caminos que al horizonte llegan:
Fácil itinerario de mi habitual andanza…
Caminos sugestivos que en soledad se entregan
allá, cuando la tarde se quema en lontananza.
Ciudad, campaña, río… El río que congrega
mástiles y banderas de países lejanos…
El río proteiforme que desde lejos llega,
que sabe de montañas, de bosques y de llanos.
Ciudad, campaña, río… El río que asegura
tus sueños, el gran río que te besa al nordeste.
La tranquila ciudad, la proficua llanura…
La tierra en que cultivo tanta emoción agreste.
Ciudad, campaña, río… ¡Oh, tú, claro terruño!
El corazón te rindo por el bien que te debo.
Ensueños y esperanzas bajo tu amparo acuño,
y tu nombre, en mis labios, es como un canto nuevo.
¡Dulce rincón nativo!... Si un día estoy ausente,
en ronda de recuerdos tu vos ha de llegar,
y será tu llamado profundo y persistente…
¡Si algún día me alejo, tendré que retornar!
Por el poeta nicoleño “Nicolás Semorile” – Cuadernillo editado bajo los cuidados del Grupo Bonaerense “Arroyo del Medio”, de la ciudad de San Nicolás de los Arroyos – 1955
muy bello poema, de un nicoleño que se llama Nicolas
ResponderEliminarmuy bello poema, de un nicoleño que se llama Nicolas
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