Patio posterior de la casa donde se firmó el Acuerdo de San Nicolás el 31 de Mayo de 1852, retratada antes de 1936, año en que fue transformada en museo.
LA CASA DEL ACUERDO
Presente en espíritu delante de tus rejas,
miro tus ventanas con los vidrios rotos;
atisbo un patio, acercando el ojo
a las grietas anchas de tu puerta vieja.
Juego en tu vereda con las lozas flojas.
Un malvón triunfante fue mi perdición:
me cuelo en tu patio, ligera y medrosa…
mi mano de niña se roba una flor.
Quizá no sabía que eres una gloria…
Te veo a distancia, sonrío al recuerdo.
Quieras que no quieras, estás en mi historia.
Dos sombras sagradas cruzaron sus verbos,
la emoción te mezcla con mi infancia toda,
y estoy orgullosa, ¡Casa del Acuerdo!
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